Yurupary y su madre Seucy |
Para la época existió una contagiosa enfermedad que arremetió contra
todos los hombres y solamente resistieron unos ancianos y un paye, que se
refería a un hechicero de la tribu guaraní; y para salvaguardar lo que
debilitaría y finalizaría la familia, las mujeres de la zona decidieron
juntarse en el lago llamado Muypa.
En este, la niña llamada Seucy que se guardaba en la virginidad y en
edad de enamoramiento, se arroja al lago para bañarse, y le provoca masticar
una fruta conocida como Pihycan que se refiere a una nuez o semilla del paye de
la tribu del territorio amazónico. La joven agarró una de estas frutas y, al
consumir los néctares, le bañaron todo su cuerpo alcanzando hasta sus
genitales, lo que hizo que perdiera la virginidad quedando de manera inmediata
encinta. También se le atañe el mito a que su nacimiento viene porque unos
orangutanes le lanzaron, desde lo alto del árbol, frutas de pihycan.
Igualmente se tiene la creencia que su madre lo concibió porque ingirió suficiente cantidad de una bebida embriagante llamada cachiri. Así como el mito que queda embarazada cuando sus genitales rozan con el néctar de la fruta ua\ú.
Igualmente se tiene la creencia que su madre lo concibió porque ingirió suficiente cantidad de una bebida embriagante llamada cachiri. Así como el mito que queda embarazada cuando sus genitales rozan con el néctar de la fruta ua\ú.
Entre los mitos también se puede mencionar que fue a causa del arañazo
recibido en su cara por una rama u hoja de la planta de tabaco. La
historia del mito cuenta, que la madre no poseía partes sexuales o estaban
demasiado tupidas y que para dar alumbramiento debieron ser expandidos sus
genitales por los truenos, por un pescado, por los ancianos, o por un
paye. Lo más cierto en todos estos mitos es que la niña embarazada
pretende esconder el crecimiento de su vientre, lo que le fue imposible.
Pasaron diez lunas y llegó el momento del alumbramiento del vientre de
Seucy, del cual emergió un hermoso niño semejante al astro del sol por su espectacular
belleza, que lo bautizaron como Yurupary. Los tenuinas, que eran los habitantes
indígenas del poblado, le dieron por nombre tuixáua que expresa, su chaman, su
jefe, su líder y le otorgaron los emblemas de cacique; su nombre quiere decir
fecundado por los néctares de la fruta. A partir de ese momento a Seucy le fue prohibido bañarse en el lago, y a
causa de esto las mujeres no lograrían participar en las cuestiones
importantes.
El niño va creciendo vertiginosamente y
toma la autoridad como el evangelizador y civilizador de los hombres del
territorio para implantar un nuevo mandato, nuevas reglas de vida, procura
conferir a su población de estatutos, tradiciones y normas, y que implantará a
su tribu un conjunto de ritos, cantos y mitos referente a sus antepasados;
también conocido como el ente meteorológico que proveerá lluvias, truenos y
rayos, que aprueben la existencia de excelente forma y en armonía absoluta.
Yurupary desaparece
Al pasar una luna de la llegada al mundo de Yurupary, todo el poblado le
otorgó los principales signos de jefe, pero no estaba la itá-tuixáua, que
quiere decir la piedra del cacique, porque tuvieron que subir a la Sierra del
Gancho de la luna a recuperarla. Las mujeres del poblado tomaron la decisión de
dividir la tribu en dos grupos: un grupo que debería de ir a recuperar la
piedra, y el otro grupo donde deberían andar los hombres sin compañía.
Mientras, debatieron durante una luna hasta que se percataron que Yurupary
había desaparecido.
Las mujeres
al darse cuenta de la desaparición de Yurupary, acusaron a los viejos y los
retaron en proporcionarles el llamado suplicio de los peces, que se refiere a
un sacrificio atándoles el cuerpo herido y arrojándolos al agua, dejando al
aire solo la cabeza, para que los peces cautivados por el flujo sanguíneo de
los hombres los despedacen.
Esta
ausencia de Yurupary trajo como consecuencia que por la noche se escuchara el
llanto de una criatura que salía de un árbol del Pihycan; se fueron corriendo
al lugar y todo quedó en silencio. La segunda noche se volvió a escuchar el
llanto de la criatura y escudriñaron entre las ramas del Pihycan, sin lograr
conseguirlo, luego la tercera noche rodearon el árbol y de inmediato escucharon
otra vez el llanto entre los árboles, no conseguían aclarar de dónde venía el
espeluznante llanto por lo que no insistieron en buscar a Yurupary.
Aunque el
poblado extrañaba la presencia de la criatura, lo echó al olvido, y el llanto
de la criatura no terminaba. Su madre Seucy se recluyó en la cima de una
montaña donde lloraba desconsoladamente la desaparición de su hijo, se quedaba
dormida en las madrugadas, exhausta del llanto. Así transcurrieron tres noches,
en uno de los amaneceres al despertar, observa que la leche emanada de sus
pechos ya no existía, tanteó permanecer despierta para mirar quien se estaba
alimentando de sus pechos, pero el sueño la dominaba y al día siguiente no
tenía leche.
Así
transcurrieron dos años y el llanto fue sustituido por sonrisas, cantos y
gritos de un niño que jugaba alegremente con entes no conocidos. Yurupary se
desarrollaba fuerte, no visible, y a su vez que su madre Seucy envejecía
velozmente.
Regreso de Yurupary e imposición de leyes
Luego, al
pasar un tiempo de quince años, siendo una noche de luna en la que Seucy
celeste llegó a bañarse en el lago, retornó Yurupary al pueblo de la mano de su
madre, era la Seucy del mundo físico. Estaba formado como un hermoso joven
espectacular que se mostraba como el mismo sol, con una figura y físico
diferenciado, que llega a innovar cosas sorprendentes. Su hermoso cuerpo estaba
colmado de orificios que emitían sonidos, y cubierto de vellos que parecía un
simio, otras veces su cuerpo emanaba una brillante luz o fuego que emergía al
compás de los truenos. De inmediato los tenuitas se aceleraron en otorgarle las
vestiduras y los signos de oligarca, aunque aún no tenía la itá-tuixáua.
Su retorno
trae como finalidad que llega para modificar e implantar las leyes matriarcales
y anárquicas del sol, en señal que lo debían de honrar. Procede a visitar
a varias tribus para enseñarles sobre las nuevas leyes y en cada tribu las
mujeres se mostraban resistentes al cambio. Entre sus seguidores existían unos
discípulos muy leales a sus leyes y otros que eran ingratos a él.
Se le conoce
como el enviado del sol, que anda en la búsqueda del amor de una mujer que sea
perfecta que no sea curiosa, impaciente ni chismosa, ni lujuriosa, que sea una
mujer capaz de guardar secretos, en ese entonces conoce el amor de una mujer
conocida como Carumá. Cuenta con una misión estrictamente religiosa y de hacer
cumplir las leyes que, para conseguirlo, el sol le ha obsequiado un séquito
mágico repleto de hechicerías.
Yurupary
implanta los reglamentos legales que obligan a obedecer de las celebraciones
brindadas para rendirle honores, en la que las mujeres no intervienen de las
festividades, solamente participan los hombres, igualmente los hombres no
pueden bajo ninguna circunstancia revelar a sus mujeres de lo que disfrutaban
en las fiestas.
Yurupary comienza su objetivo de civilizar a la población,
y lo hace luego de que le otorgan la piedra cilíndrica de la Luna, la que
también le emana saberes para mandar. Esta acción causa el trueno y el fuego; y
por lo general quienes tomaran algún objeto de Yurupary estaban forzados a
educar por todos los lugares terrenales que les alumbrara el sol. Los hombres
no deberán exhibir las herramientas o develar las leyes confidenciales a las
mujeres
Con el apoyo
de un ayudante que pudo haber sido un paye, o un emisario, implantó las leyes;
como vienen a ser: la mujer al parir un hijo, gira instrucciones a los esposos
para que el ayuno sea de carácter obligatorio, con el fin de transmitir
energías a su nuevo heredero, así como enseñar la agricultura, la siembra de
maíz; la cultura del canto y danzas que se emplearían en los rituales.
Yurupary
logra la edificación de un lugar especial para celebrar sus festejos y
encuentros de diversión, donde sólo asisten y participan los hombres de las
tribus, conocido como Yurupay Oca, donde Yurupay se convierte en el director de
los bailes durante los agasajos; a este lugar de esparcimiento ingresan los
hombres para resguardar su privacidad, mientras que, las mujeres quieren
conocer los secretos del culto que les está vedado y espían a los hombres. Está
terminante prohibido que las mujeres se mezclen sentimentalmente con hombres
que tengan parejas, e igualmente los hombres no deben de unirse con mujeres que
tengan marido.
Finalmente,
Yurupary termina siendo la máxima autoridad de las danzas en las festividades y
ceremonias. Las mujeres intrigadas desean descubrir los misterios que envuelven
los ritos que les están prohibidos y comienzan a vigilar a los hombres.
Castigo a los desobedientes
Yurupary
sanciona fuertemente a las mujeres convirtiéndolas en piedras, inclusive lo
hizo hasta con su propia madre. Este hecho obliga al poblado a que lo llamen
Bokan que quiere decir corazón malo. Para impedir más sanciones y gozar de completa
libertad, ordena que edifiquen su casa de piedra, a gran distancia donde se
encontraban, en las riberas del río Aiari. Mientras que varios de los asignados
lo delatan divulgando a las mujeres las confidencias.
Ualri, que
se refiere a un hombre mayor de la tribu, recibió un castigo que tuvo que pagar
con su vida porque no cumplió con las leyes y consejos de Yurupary. También,
cuatro de los amigos de Uarli son fuertemente sentenciados por traidores y son
transformados en rocas y musgo. Las mujeres que no cumplan con las
legislaciones escritas, y que no se abstengan a conocer los secretos de los
hombres, son también transformadas en rocas. Las sanciones por curiosear
las festividades y popularizar los desaparecía en la cascada de Curan y eran
hundidas por una gran serpiente. El hombre que se atreviera a exhibir los
elementos y divulgar las leyes confidenciales, era forzado a ingerir veneno
para que falleciera por cometer este delito.
Yurupary
somete a prueba a las mujeres forzándolas a que no deben participar en los
encuentros que se efectúan en la sierra de Canuke, de lo contrario las
transformaría en piedras. Así mismo somete a los hombres a prueba de guardar
confidencialidad a las mujeres sobre la edificación del Yurypary-oca. Yurupary
o en su defecto el que lo representa, comete acciones de crueldad dándole
muerte y se alimentaba de los infantes que le desobedecían por comer las frutas
asadas del árbol ua\.
Los
elementos a ser usados en sus ritos son elaborados de las palmas de pachuba,
representando en sus creencias y cultos que son los huesos de Yurupary y que lo
simbolizan en la tierra. Estos instrumentos se asemejan a los cantos de las
aves porque emiten sonidos musicales en los rituales de castigo y purificación
a los hombres.
La resurrección
Yurupary
había comisionado a cuatro abuelos para que se encarguen de Yurupary-Oca, que
se encontraba desolada y desamparada, a raíz de la muerte de Uarly que no
lograban superar; es cuando da la orden de que deben alimentar primero a los
viejos y luego a las demás personas.
En su
regreso a la tribu Tinue con los hombres observa que las mujeres, viendo que
los hombres las habían abandonado, proceden a asesinar a todos sus hijos
varones. Yurupary observa a los habitantes del lugar y sobre todo a quienes lo
habían traicionado y los castiga convirtiéndolos en piedras. Mágicamente
procede a trasladar Yurupary-Oca a un terreno más resguardado de las mujeres
entrometidas.
Consagración de las Leyes
Había una bella y espectacular mujer llamada Curan que era
sagaz y enérgica, que desmorona la ley cuando vislumbró una festividad donde
participaban sólo los hombres, en el momento que Yurupary mostraba las
canciones, los instrumentos y sus sonidos; Curan como era tan audaz se aprendió
las canciones e imitaba sus sonidos y se va corriendo a donde están las otras
mujeres a contarle lo que había visto y escuchado; Yurupary se dio cuenta
enseguida de lo que estaba sucediendo y castiga fuertemente a la tribu e impone
las leyes.
La partida
Yurupary, luego de perseguir y atrapar a quienes habían
traicionado su ley, ya agotado se da una tregua junto a su esposa Caruma, a
quien la había transformado en montaña porque tenía la creencia que era una
mujer pura. Finalmente, la ley era una comisión que el sol le había otorgado a
Yurupary de descubrir y tener la verdadera mujer perfecta.
Yurupary es
invitado a una gran celebridad y hace acto de presencia estando en conocimiento
que lo querían matar, en este momento repele y desembucha a los niños que se
había devorado. Mientras que disfrutaba de la fiesta, aprovechan para
embriagarlo y después lo lanzan al fuego de una fogata que habían hecho con
hojas secas de inga, que es una planta propia de la región, no pudo resistir al
fuego que lo consumió quedando de él sólo cenizas que sus seguidores veían con
gran acongojo y silencio ante semejante realidad.
Del resto de
sus cenizas emergen las palmas de pachuba que crecen ágilmente, lo que hace que
Yurupary ascienda al cielo. Igualmente, se cuenta que de sus cenizas brotan
espíritus dañinos y las primeras plantas y animales son venenosos, y de sus
vísceras se originan insectos como las moscas y reptiles como las culebras. Se
debe hacer un rito de quemar la vegetación para enterrar la ceniza.
El sonido de la flauta
En el
suroeste de Colombia, en uno de sus departamentos llamado Vaupés, los
habitantes de ese lugar, tienen el dogma que el héroe Yurupary vino al mundo
con la misión de educar al ser humano. Cuentan que Yurupary significa la
transformación del matriarcado al patriarcado (sociedad) y en sus cultos las
mujeres estaban relegadas o eliminadas. Su
instrumento musical está representado por una flauta que simboliza la voz; y
los huesos del ídolo del anciano Ualri quien fue quemado vivo en la hoguera por
las mujeres. Del árbol pachuba donde se arrojaron las cenizas de Yurupary se
extrae la madera con que se elaboran las flautas que contienen su voz. La
flauta sagrada de los indígenas del amazonas, está elaborada con las hojas
grandes y fuertes de palma, las cuales se enroscan y amarran con la corteza de
mismo árbol o bejucos. Su embocadura es elaborada con la madera de la palma o
chonta.
Fuente: hablemos de mitologias.com.(s.f). recuperado de: https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-amazonica/yurupary/
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